DESDE ARGENTINA
Desde la selva de Borneo hasta los rascacielos de Kuala Lumpur, Malasia penetra por los cinco sentidos con el aroma de las viejas colonias, el sabor de las especias, el tacto oriental, los sonidos de la jungla y los colores del mar.
Posee pintorescas aldeas de pescadores, montañas que guardan tradiciones milenarias, abundantes e impenetrables bosques tropicales y kilómetros de playas vírgenes de finas y blancas arenas. Todo ello, acunado en el centro de una cultura milenaria, nacida del encuentro de diferentes razas. Probablemente el tesoro de Malasia sean sus habitantes, hombres provenientes de rincones tan lejanos como la China o la India, sin olvidar la presencia colonizadora de ingleses, holandeses y portugueses. Aquel pasado, cargado de inmigraciones, se hace presente permanente en la riqueza de sus tradiciones, en su arte, en sus coloridos y diversos festivales, en su gastronomía, en sus relaciones humanas, en fin, un sólido reino donde la tolerancia posibilita un calidoscopio de costumbres difícil de encontrar en otras regiones.